Con motivo del día Mundial contra el cáncer, 4 de febrero, he querido hacer un artículo un poco especial y en el que hace tiempo que voy recopilando datos.
Afortunadamente, tan solo tengo experiencia personal en cuanto a un tipo de cáncer de piel, por lo que todo lo expuesto, es fruto de estudio y consulta.
Según el Instituto Nacional del Cáncer, se denomina «Cáncer» a un conjunto de enfermedades relacionadas. En todos los tipos de cáncer, algunas de las células del cuerpo empiezan a dividirse sin detenerse y se diseminan a los tejidos del derredor.
El cáncer es una enfermedad genética— es decir, es causado por cambios en los genes que controlan la forma como funcionan nuestras células, especialmente la forma como crecen y se dividen.
Los cambios genéticos que contribuyen al cáncer tienden a afectar tres tipos principales de genes — proto-oncogenes, genes supresores de tumores y genes reparadores del ADN. Estos cambios se llaman a veces «causantes» de cáncer.
Hay más de 100 tipos de cáncer. Los tipos de cáncer reciben, en general, el nombre de los órganos o tejidos en donde se forman los cánceres.
El cáncer en la historia
Quien piense que el cáncer es una enfermedad moderna, es que no ha indagado mucho en la historia.
Los primeros casos clínicos se encontraron en el papiro de Edwin Smith, un documento histórico que recogió en 1.600 a.C. algunos detalles sobre esta enfermedad.
Otro documento importante que data de la época de los egipcios es el papiro George Ebers. Un tratado médico en el que recopila algunos detalles sobre posibles casos de cáncer de mama y cáncer de útero en aquella época.
Hipócrates, considerado como «el padre de la medicina«, fue un médico de la Antigua Grecia y que ejerciódurante el llamado siglo de Pericles, siglo V.
Hipócrates y sus seguidores, fueron los primeros en utilizar el término ‘karkínos’ (καρκίνος) para referirse a ‘úlcera maligna’ o ‘cáncer’. Como curiosidad está el hecho de que este término también proviene la palabra «cangrejo» y por lo que he podido leer, algunos historiadores atribuyen esta similitud entre cangrejo y el cáncer, a que «los tumores son tan duros como un caparazón de cangrejo».
El tratamiento del karkinos en época hipocrática era básicamente local y herbolario y, en muchos casos, se recomendaba no hacer nada, hasta que surge Galeno (129-157 d.C.) , quien publica un libro dedicado exclusivamente a los tumores: «De tumoribus praeter naturam (peri ton para physim onkom)», en el cual describe diversas lesiones tumorales u onkoi.
Durante la Edad Media, siguen curando el cáncer de la misma manera que sus antecesores, mediante herbolaria y local. Curioso es el caso del papa Gregorio X, quien presentaba una lesión cutánea que podría tratarse de un melanoma y que describen que recibió tratamiento con un ungüento a base de arsénico, que lo aliviaría al menos ocho años, hasta que muere por otras causas.
En la península ibérica, los árabes usaron la terminología latina y tenían una sola palabra para denominar tanto al cangrejo como el cáncer: «saratán«, de donde se originará el vocablo castellano antiguo zaratán que en la España renacentista será sinónimo popular de cáncer, aunque luego se restringe al cáncer de mama.
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