El ópalo, hasta hace muy poco, se ha considerado al ópalo como sílice amorfa con un contenido en agua del 2 al 20%. Por modernas técnicas de rayos X y microscopía electrónica, se ha comprobado que está formado por diminutas lepisferas compuestas por capas sucesivas de cristobalita y tridimita, de igual tamaño, dispuestas en forma de estructuras empaquetadas. Por tanto, no es propiamente amorfo, sino semicristalino. El ópalo de calidad gema se denominan ópalo C-T (cristobalita-tridimita).
Existen dos variedades fundamentales desde el punto de vista mineralógico: ópalo común y ópalo noble. El primero no presenta juego de colores y cuando es translúcido no tiene belleza. Por el contrario, el noble puede ser transparente, translúcido e incluso opaco, y aunque alguna variedad carece de juego de colores, lo normal es que luzcan este efecto óptico especial en mayor o menor intensidad y belleza.
Antiguamente los ópalos procedían de yacimientos, ahora agotados, en Eslovaquia. En Australia
(más…)